Hoy hablamos sobre un tema que seguro que sus peludos conocen bien: las espigas… y el Mamut lo puede bien explicar… ¡una en cada oreja!
Ahora ya ha llegado la época y tenemos que ir con mucho cuidado, sobre todo evitando zonas donde exista riesgo de clavarse una espiga. Después de cada paseo es importante hacer una buena revisión: patas, orejas, ojos y pelo en general, ya que estas espiguillas se pueden colocar en cualquier parte del cuerpo.
Si ve que su mascota tiene alguno de estos síntomas con más frecuencia de lo normal podría hacernos sospechar de la presencia una espiga:
- Estornudos frecuentes.
- Se rasca el morro / orejas u otras partes del cuerpo.
- Ojo inflamado.
- Zarandeo de orejas constante.
- Se lame las patas.
- Camina con la cabeza ligeramente torcida.
El riesgo de dejarlas puede conllevar inflamaciones / infecciones graves. Por este motivo si hay una sospecha deberemos acudir a la clínica más cercana, ya que si estamos a tiempo quedará en una anécdota más.