Hoy os queríamos hablar sobre un tema que hay que tener mucho cuidado ya que nuestros peludos no son conscientes del peligro que conlleva.
Se trata de la procesionaria del pino, una oruga que vive en bosques pinosos de la zona mediterránea y que puede provocar un cuadro tóxico a los perros, ya que por la curiosidad que les causa juegan e incluso se las comen.
Al entrar en contacto con la piel se clavan los pequeños pelos de la oruga, los cuales liberan toxinas muy perjudiciales.
Sobre todo, ahora que hemos empezado a dar más paseos por los bosques, en los meses de marzo-abril, tenemos que ir con mucho cuidado.
- Si ve que pueden haber estado en contacto/ingerido una procesionaria es necesario que:
pase agua tibia por la boca lo más rápido posible, sin frotar, ya que puede hacer que se liberen más toxinas. - Acuda a la clínica/hospital veterinario más cercano para comprobar el estado del perro y si hay que administrar los medicamentos/fluidos necesarios para evitar la reacción alérgica que puede desencadenar.
Esta cachorrita, después de estar un día hospitalizado, marcha a casa bien contenta. ¡Es una superviviente!